La web especializada en filtraciones (Wikileaks, en español Wikifiltraciones) saltó a la fama hace poco con la filtración de un video clasificado en el que soldados estadunidenses matan indiscriminadamente a un cámara de la agencia Reuters. El escándalo en ciernes es aún mayor. ¿Cómo consiguió desclasificar documentos ultrasecretos y comprometedores en tan poco tiempo? El mecanismo no es muy complicado: consiste en crear una web donde se invita a los usuarios a “donar” documentos —texto, audio o video— a cambio de no identificar jamás la fuente. Desde que se creó en 2006 la organización ha acumulado más de un millón de documentos.
En el caso concreto de los más de 90 mil “papeles de Afganistán”, las sospechas apuntan a que el culpable es el hacker Bradley Manning, quien fue detenido gracias a la colaboración con la policía de un pirata informático, Adrian Lamo, quien denunció que Manning había presumido de haber descargado 260 mil documentos clasificados y de haberlos enviado a Wikileaks.
Ayer, el fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, aseguró que “nunca hemos publicado información que no estuviera contrastada o revisada”, y denunció que lo relevante de lo filtrado es “que la guerra es una cosa maldita detrás de otra, como la continua muerte de niños”.
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