domingo, 1 de agosto de 2010

WikiLeaks, la CIA del pueblo

La primera agencia de inteligencia del pueblo. Así se autodescribe WikiLeaks, el sitio en internet que ha causado furor tras la revelación de unos 91 mil documentos militares sobre la guerra de Afganistán.

Cuenta con un personal mínimo —cinco personas— y un pelotón de voluntarios que trabajan sin goce de sueldo para evaluar la información que cualquiera puede enviar. Desde su fundación, en diciembre de 2006, ha dado varios golpes certeros, como cuando difundió, en noviembre de 2009, más de medio millón de mensajes del 11-S, incluyendo comunicaciones de autoridades federales y locales, y también de particulares, generando críticas por violación a la privacidad.

WikiLeaks se ha convertido en el dolor de cabeza de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. En abril difundió el video “Muerte Colateral”, donde muestra el ataque de un helicóptero estadounidense que acabó con la vida de 15 personas en Irak. Más de cuatro millones de personas vieron la cinta en las primeras 72 horas desde que fue colgado en YouTube.

En 2007, la organización exhibió el manual utilizado por los soldados en Campo Delta, Guantánamo, que les permitía negar el acceso de los presos a la Cruz Roja hasta por cuatro semanas.

También difundió la cuenta de correo electrónico en Yahoo de Sarah Palin y la “Biblia” secreta de la Cienciología.

El rostro público de WikiLeaks es su fundador, el australiano Julian Assange; pero detrás de este fenómeno están disidentes chinos, hackers, programadores de computadoras y expertos en tecnología, en una organización dirigida por Sunshine Press.

Transparencia radical

Los voluntarios que revisan el material que llega a WikiLeaks incluyen expertos en lingüística, informática y derecho.

Además, la gente que trabaja para este sitio mantiene contacto con reporteros y empresas periodísticas.

“WikiLeaks podría convertirse en una herramienta periodística tan importante como el Acta de Libertad de Información”, pronosticó recientemente la revista Time. WikiLeaks busca, a fin de cuentas, y a decir de Assange, “transparencia radical”. Cuantos menos secretos haya, mejor. Se define como una organización “apolítica” que recibe “documentos de interés político, diplomático, histórico o ético”.

El ser un sitio web les da dos grandes ventajas: puede llegar a más gente —tienen presencia en YouTube y Twitter— y les permite garantizar a sus fuentes —los whistleblowers, o soplones— el anonimato. Ni la gente que trabaja de WikiLeaks conoce las identidades de sus fuentes. Así no hay que mentir, dicen.

Su servidor principal (de los más de 20 que tiene en el mundo) está en Suecia, país reconocido por sus estrictas leyes de protección de fuentes. Que la información esté encriptada es otro medio para proteger tanto los datos como a quien los proporcionó. WikiLeaks es una herramienta tan poderosa que el propio Assange ha dicho que “si un gobierno o empresa quisiera remover su contenido, tendría prácticamente que desmantelar internet”.

Al ser un página web, no está sometida a las mismas restricciones que la prensa tradicional. No sólo eso; ha entrado al quite en donde los medios no han podido. En el caso del helicóptero, Reuters había tratado de obtener el video, pero WikiLeaks lo logró antes, lo desencriptó y subió a las redes sociales. Algo similar sucedió con el llamado Reporte Minton (2006) sobre un incidente de desechos tóxicos en Costa de Marfil que, según la ONU, afectó a unas 100 mil personas. A The Guardian le negaron el reporte, pero WikiLeaks logró difundirlo el 14 de septiembre de 2009.

El sitio ha sido multireconocido: en 2008, la revista británica The Economist le otorgó el premio a “Nuevos Medios”, y lo msimo hizo en 2009 Amnistía Internacional, por la publicación de un reporte oficial sobre asesinatos y desapariciones extrajudiciales en Kenia.

WikiLeaks tiene también su talón de Aquiles: funciona a través de donaciones —no acepta dinero del gobierno o corporaciones—, y Assange asegura que para mantenerse requeriría de unos 779 mil dólares al año. Associated Press, Los Angeles Times y la National Newspaper Publishers Association lo apoyan financieramente en casos de demandas legales.

Pero WikiLeaks no siempre consigue recursos, lo que retrasa el proceso de evaluación de información —cuenta con alrededor de 1.2 millones de documentos en su base de datos—, o de decodificación de videos o materiales. La organización considera pasar al modelo de “subasta”, vendiendo la información al mejor postor, so pena de perder su credibidad.

La misma premisa de WikiLeaks, “abolir el secretismo oficial”, resulta controvertida. Su política es de “divulgación indiscriminada, sin consideración con la privacidad, la propiedad intelectual y la seguridad”, dijo a The Guardian Steven Aftergood, difusor de de documentos filtrados en el blog Secrecy News.

Controvertido y para muchos un dolor de cabeza, así es WikiLeaks; parece que llegó para quedarse y, a través de internet, cambiar la manera de difundir noticias.

Wikileaks pide al Ejército de EE.UU. que proteja a las fuentes afganas

El fundador de Wikileaks, la web que la semana pasada divulgó 75.000 documentos secretos de las operaciones del Ejército de EEUU en Afganistán, ha indicado este domingo que el Ejército estadounidense será el único responsable de cualquier daño que puedan sufrir los informadores afganos como consecuencia de la filtración.

Julian Assange expresó su "consternación" ante "la displicencia que exhibe el Ejército estadounidense en relación a sus informadores", en respuesta a las acusaciones vertidas desde Washington sobre el daño que estos documentos, muchos de los cuales revelan los nombres de estas fuentes afganas, pudiera hacer a las actividades estadounidenses en la guerra de Afganistán.

Ante la posibilidad de estas fuentes, ahora identificadas, fueran objeto de represalias, Assange declaró que el material filtrado ha sido puesto a disposición de todos los soldados y contratistas de Afganistán.

"Es el Ejército quien debería ser hecho responsable por no advertir a sus informadores". Además, el fundador de Wikileaks indicó que una de las prioridades de la filtración ha consistido en garantizar la seguridad personal de las fuentes. "Bien, podría pasar cualquier cosa, pero hasta el momento no ha sucedido nada. Y no vamos a dejar de intentar hacer el bien sólo porque alguien pudiera resultar dañado. Nunca ha sucedido en los cuatro años que llevamos publicando documentos", indicó en comentarios recogidos por el diario británico «The Guardian», aunque sí concedió que en el caso de que alguien resultara muerto o herido, Wikileaks "revisaría sus procedimientos".

sábado, 31 de julio de 2010

El fundador de Wikileaks niega "tener las manos manchadas de sangre"

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, rechazó las acusaciones del Gobierno de EEUU, que le reprocha tener "las manos manchadas de sangre" tras haber filtrado 90.000 documentos militares clasificados sobre la guerra en Afganistán y el comportamiento de las tropas aliadas.

En declaraciones hechas a un programa de la cadena británica BBC, Assange aseguró que no había pruebas que indicaran que algún militar hubiera muerto como resultado de la filtración.

El fundador de Wikileaks acusó al Pentágono de estar intentando distraer la atención de las miles de bajas mortales ocurridas en el conflicto.

Por su parte, la Casa Blanca ha pedido a Wikileaks que no publique otros 15.000 documentos de los que presumiblemente dispone este portal.

En su intervención en el citado canal británico, Assange aseguró que el Gobierno estadounidense no había presentado ninguna prueba que demostrara que personas inocentes o militares habían sido perjudicados debido a la publicación de esos documentos.

Se refirió directamente a los comentarios hechos por el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, quien criticó con especial dureza la actuación de Wikileaks.

"Uno debe considerar por qué el Pentágono se centra en la hipotética sangre que dice que podría estar manchando nuestras manos, aunque no existe ninguna prueba de ello, si tenemos en cuenta las 20.000 vidas que se han perdido en Afganistán, que se documentan y se exponen en nuestro material", dijo Assange a la BBC.

El fundador de Wikileaks indicó que la página de internet había tratado de involucrar a la Casa Blanca en sus esfuerzos para someter a investigación ese material antes de su publicación.

Assange anticipó también que la página web continuará publicando documentos: "No nos van a contener. Seguiremos exponiendo abusos cometidos por esta administración y otras".

Wikileaks obtuvo 91.000 documentos militares estadounidenses que ofrecen una nueva visión sobre las operaciones en Afganistán entre enero de 2004 y diciembre de 2009, que no deja en buen lugar a las fuerzas aliadas que ocupan el país asiático desde el año 2001.

Los documentos revelan nuevos detalles sobre muertes de civiles, la existencia de fuerzas secretas especiales dedicadas a "cazar" a dirigentes insurgentes y la preocupación de que los servicios paquistaníes de inteligencia podían estar ayudando a los talibanes.

Antes de publicar los documentos en su página, Wikileaks se los cedió a los diarios "The Guardian", del Reino Unido, y "The New York Times", estadounidense, así como al semanario "Der Spiegel", de Alemania.

martes, 27 de julio de 2010

Wikileaks: la Garganta Profunda de Internet

La web especializada en filtraciones (Wikileaks, en español Wikifiltraciones) saltó a la fama hace poco con la filtración de un video clasificado en el que soldados estadunidenses matan indiscriminadamente a un cámara de la agencia Reuters. El escándalo en ciernes es aún mayor. ¿Cómo consiguió desclasificar documentos ultrasecretos y comprometedores en tan poco tiempo? El mecanismo no es muy complicado: consiste en crear una web donde se invita a los usuarios a “donar” documentos —texto, audio o video— a cambio de no identificar jamás la fuente. Desde que se creó en 2006 la organización ha acumulado más de un millón de documentos.

En el caso concreto de los más de 90 mil “papeles de Afganistán”, las sospechas apuntan a que el culpable es el hacker Bradley Manning, quien fue detenido gracias a la colaboración con la policía de un pirata informático, Adrian Lamo, quien denunció que Manning había presumido de haber descargado 260 mil documentos clasificados y de haberlos enviado a Wikileaks.

Ayer, el fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, aseguró que “nunca hemos publicado información que no estuviera contrastada o revisada”, y denunció que lo relevante de lo filtrado es “que la guerra es una cosa maldita detrás de otra, como la continua muerte de niños”.